Octavio Vial

Agudo, vivaz, ocurrente y diestro con la pelota o sin ella, Octavio Vial es una auténtica leyenda del fútbol mexicano y, sobre todo, de los lejanos e históricos orígenes del antiguo americanismo. Vial nació en México el 26 de diciembre de 1919. Siempre atento y oportuno para marcar, enamoró a los aficionados cremas meciendo las redes con bellas y sutiles anotaciones.

Debutó con América en 1937, y no bastó mucho tiempo para que todo México notara su excepcional calidad, además de ciertas particularidades para jugar al fútbol, que lo catalogaron como punto de inflexión para transformar el deporte en México. El 24 de julio de 1938, Octavio, junto a Enrique Ostos y Armando Frank, fueron artífices para que América se convirtiera por primera ocasión en Campeón de Copa, luego de imponerse 3-1 al España. Y fue, finalmente, en la temporada 40-41, cuando alcanzó la gloria eterna, pues, en dicha campaña, fue el máximo anotador de la justa con 15 anotaciones. Además, fue el último jugador de los Cremas, en hacerlo en la época amateur del club.

Más tarde, tras su retiro como futbolista profesional, se hizo director técnico y no dirigió únicamente al América, sino que lo hizo también con la selección nacional en su aventura por la Copa del Mundo celebrada en Brasil en 1950. La Pulga, como era apodado Octavio Vial, a causa de su asombrosa facilidad para realizar enormes saltos, siempre fue un delantero respetado, quien, a pesar de no contar con una gran altura, siempre hallaba la forma de escapársele a los defensas y anotar. Héroe del fútbol, americanista de raza y emprendedor dentro y fuera del campo, Octavio es y permanecerá como uno de los hombres que trajo la modernidad a nuestro fútbol y abrió las puertas a nuevas oportunidades.