La portería norte del Estadio Azteca, el arco del triunfo

El Estadio Azteca, casa de las Águilas del América, es uno de los escenarios más importantes en la historia del fútbol internacional. Testigo de dos Copas del Mundo, de las dos más grandes figuras que este deporte ha visto, en el momento cúspide de su carrera, testigo del partido del siglo, el gol del siglo en copas mundiales, la final del siglo en el fútbol mexicano y tantos momentos grandiosos en la historia del fútbol han tenido lugar en este mítico inmueble.

Pero el estadio tiene un lugar privilegiado, un lugar que ha sido testigo de los que quizá sean los momentos más memorables en el también llamado Coloso de Santa Úrsula:

La portería Norte

En ella Pelé anotó el gol que encaminaría a Brasil para alzarse definitivamente con la Copa Jules Rimet en 1970, Manuel Negrete anotó para México el gol más maravilloso que hemos marcado en mundiales, Diego Armando Maradona anotó el gol del siglo, mientras que Jorge Burruchaga sellaba el triunfo que encumbraba a la selección argentina al campeonato en el 86; Cuauhtémoc Blanco, con un bello gol, le daría a México su primer trofeo oficial de Selección Mayor, La Copa Confederaciones de 1999.

Para el Americanismo, la portería norte es mágica…

Esta puerta da lugar hacia la gloria, ha sido testigo de grandes goles, como aquel mítico gol de Teodoro Dos Santos “Toninho” a pase de “rabona” del gran Eduardo Dos Santos “EDU” ni más ni menos que contra el Guadalajara en la semifinal de la temporada 90-91. También vio al Maestro Carlos Reinoso y al capitán Alfredo Tena anotar sendos goles desde la media cancha. Sin embargo, los momentos de mayor éxtasis para el Americanismo en la portería norte tienen que ver con los campeonatos que hemos obtenido.

En la final del Torneo Prode 85 la portería norte abrió la puerta a la épica remontada contra el Tampico Madero cuando necesitábamos 3 goles en 45 minutos.

De igual forma, en la final de la temporada 87-88 contra los Pumas de la UNAM, necesitábamos dos en el segundo tiempo para ser campeones. La portería norte volvería a ser testigo de otra gesta azulcrema. Gonzalo Farfán, Adrián Camacho y Antonio Carlos Santos con tres goles en tan sólo 16 minutos le dieron una nueva corona las Águilas.

En la final de la temporada 88-89 América enfrentaría a Cruz Azul, después de casi 180 minutos muy peleados, hacia el final del segundo tiempo y con el marcador global empatado a 4 tantos, Antonio Carlos Santos arrancó atrás de medio campo y se enfiló hacia la portería norte, en el vértice del área abre el balón para Carlos Hermosillo quien entrando sólo por derecha saca potente disparo para vencer a Pablo Larios y poner el 5-4 definitivo con el que sumaríamos un título más nuestras vitrinas.

Trece años después del último grito de campeones, en el Verano 2002, la portería norte vio a Hugo “el misionero” Castillo terminar con una larga sequía sin títulos, esta vez contra Necaxa. Nuevamente remontando un marcador adverso, las Águilas mandaron el juego a tiempos extras en los que un gol significaba la gloria o sumar un año más sin títulos. Fue así como a los 15 minutos del primer tiempo extra el momento de éxtasis para nuestra escuadra llegó, en un tiro de esquina cobrado por Álvaro Ortíz, apareció por sorpresa Castillo y con certero remate de cabeza mandó el balón al fondo de la portería de Nicolás Navarro uniendo al Coloso de Santa Úrsula en una misma voz: AMÉRICA CAMPEÓN.

Y qué decir del título del Clausura 2005, cuando a “pase” de Memo Ochoa, Claudio “el Piojo” López recibe el balón en tres cuartos de cancha y tras vencer en la carrera a la defensa de los Tecos de la UAG enfila a la portería norte resguardada por Jesús Corona para meter el sexto gol de la tarde y para amarrar un título más.

Sin embargo, el momento más emotivo e importante que vivió el Americanismo en la portería norte, fue durante la final de la temporada 83-84 contra el Guadalajara. Después de sufrir la temprana expulsión de Armando Manzo, al minuto 39 del primer tiempo se marca penal a favor del Guadalajara. El panorama no podía ser peor, con el marcador global empatado, jugando con un hombre menos y el recuerdo de la dolorosa eliminación el año previo, Héctor Miguel Zelada se plantó en la portería norte frente a Eduardo Cisneros que se enfiló hacia el balón para sacar potente disparo, Zelada vuela hacia la derecha ¡Y lo ataja! el Azteca estalló en júbilo. Sin embargo lo mejor estaba por venir. Arrancando el segundo tiempo América se fue con todo al frente, el ímpetu, la garra y el corazón con el que jugaron los nuestros, aunado al apoyo de nuestra fiel afición fueron el motor con el que Alfredo Tena abrió el marcador, minutos después Eduardo Bacas anotó el segundo y sobre la hora Javier Aguirre sentenció el 3-1 para conseguir lo que ha sido el título más brillante en la historia del americanismo… Hasta la noche del domingo 26 de mayo de 2013.

Ese momento no te lo tenemos que relatar porque sabemos que sigue muy fresco en tu memoria, y nunca se olvidará.

El Estadio Azteca esta lleno de historias, momentos y lugares inigualables, pero la portería norte es mucho más que dos postes y un travesaño, es el arco en el cual ha cruzado el esférico cargado de pensamientos y sueños de triunfo de héroes deportivos como Péle, Maradona, Negrete, Reinoso, Tena, Bacas, Blanco o Muñoz, de emociones impregnadas de grandeza por guardametas como Banks, Schumacher, Zelada, Muñoz y muchos más que dieron la vida en un lance para resguardar el arco del triunfo.

La portería norte no es tan sólo una portería, es la puerta de los sueños americanistas.